Esperando el reencuentro:
Era un día frio, desesperado para hayley, siempre se preguntaba: ¿será distinto hoy?... Un día fuera de la realidad es lo que deseaba, sin medir su imaginación, esperaba encontrarse con Yev en cada rincón de sus pensamientos. En el colegio todo era normal, era extraña y sonreía por todo, tenía una imagen de portada, “la típica estudiante feliz, exitosa, sociable y popular”. Solía pasar el recreo con Camila y val, eran sus mejores amigas, aunque a veces prefería encerrarse en su música y olvidar todo, después de la salida, fue al café de siempre, un cappuccino de vainilla sin azúcar y las dulces galletas de maicena que complementaban en excelencia. Eso logró hacer un día como todos.
Pasaban los minutos, y ella tomaba lentamente el café y sus galletas, mientras se deleitaba con “i miss you- incubus”, en cuanto el tiempo se detuvo como si fuera en cámara lenta, era Yev, si Yev no lo creía, el se iba acercando lentamente ante su mesa, el viento movía su cabello, tal como en las películas que solía ver cada viernes por la tarde, Yev la saludo tímidamente mientras hayley solo suspiro de la alegría.
-Yev: Hayley, he estado esperándote, apareciste, trate de llamarte pero pensé que no me recordarías.
-Hayley: Yev, he estado algo ocupada.
Ella por dentro le estremecía solo pensar en que el la extrañaba pero su personalidad no la dejaba decir lo mismo, solo por el tonto pensamiento de parecer sometida a él. Estuvieron solo algunos momentos juntos pero bastaron para que yev le confesará que él no vivía en Durham sino que en Manchester, estaría solo un par de días porque debe regresar con su familia y a la universidad de Manchester, esto partió literalmente el corazón de Hayley, se despidieron, intercambiando emails y teléfonos nuevamente.
Para hayley era terrible pensar en la idea de verlo solamente un par de días y quizás quien sabe visitarse de vez en cuando. Al día siguiente hayley se escapo del colegio para ver a Yev un día mas, era alucinante, sus labios dulces y suaves su piel fría y a la vez tan acogedora, sus manos que rodeaban su cintura con tal suavidad de poder estar cayendo en un acantilado, pero aun así nada le preocuparía, solo estar con Yev el amor de su vida. Mientras mas pasaban los minutos todo era hermoso, entre los matorrales y cientos de mariposas rodeando, deleitándose de tal amor que se estaba viviendo. Hayley no paraba que decir lo hermoso que era estar con el mientras Yev trataba de imaginar que pasaba con el, al atardecer, mientras el sol caía y la noche daba señales entre ese color rosado que llena el día, Yev le propuso ser su novia.